La falta de ropa de alta calidad apta para mujeres de baja estatura siempre ha sido un problema en la vida de Nieves. Para ella, ir de compras es más como « ir de caza», ya que nada le queda bien, casi todo debe ser modificado excesivamente, contiene más petróleo que un coche diésel (acrílico, poliéster, spandex, lo que sea) o ha sido fabricado por un adulto o un niño mal pagado y sin seguro médico.
Entonces, un día, se propuso encontrar un abrigo de invierno en la Rue de Courcelles, en su barrio del distrito 17 de París. Pensó que, con tantas boutiques en una sola calle, «seguro que encontraría algo». Pero qué equivocada estaba.
Todo lo que encontró fue acrílico, poliéster, fabricado en Dios sabe qué condiciones laborales, y en lugar de llevar ella los abrigos que se probaba, eran los abrigos los que la llevaban a ella. Al final, compró una parka italiana rellena de plumas de ganso; al menos estaría abrigada.
Sin embargo, estaba decidida a encontrar algo estupendo, así que, tras recuperarse de tantos intentos fallidos, decidió probar en la Rue de Faubourg St. Honoré, también porque su oficina estaba allí, no muy lejos de su querido barrio del arrondissement 17.
Fue recibida calurosamente por una vendedora, le sirvieron zumo y la trataron como a una reina; ¡le ofrecieron hacerle arreglos allí mismo! Estaba tan contenta y dispuesta a invertir 2500 euros en un bonito abrigo de invierno. Sin embargo, los abrigos no le quedaban muy bien. Además, le quedaban un poco grandes, incluso la talla 32 (y ella que ella no es super delgada). Pero bueno, estaba dispuesta a hacer la vista gorda por un abrigo que le quedaba un poco holgado porque era «icónico».
Pero el gran problema eran las mangas, que le quedaban unos 4 cm demasiado largas. La vendedora le ofreció una modificación gratuita que estaría lista en unos días. ¡Nieves estaba encantada! Con este buen humor, Nieves pidió que le cortaran los 4 cm de más, y la vendedora le dijo que solo podían acortarlas 1 cm, ya que de lo contrario cambiaría el diseño del abrigo. Nieves se quedó paralizada.
¿Por 2500 euros no podían acortar las mangas más de 1 cm?
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que nunca tendría la talla ideal en el mundo de la moda. Que siempre sería la segunda mejor, bueno, en realidad más bien la cuarta mejor, ya que según la moda es:
1.º puesto: altas y delgadas.
2.º puesto: altas y no tan delgadas (también conocidas como «normales»).
3.º puesto: tallas grandes (y se supone que deben ser altas).
4.º puesto: mujeres bajitas (a menos que seas Vanessa Paradis o Natalie Portman).
Así que, con esto en mente, decidió crear un nuevo universo y lo llamó KURSSEL.